Municipio de San Fernando.- Agua y pintura son lo único que se necesita para ser parte del festejo. Cuerpos cubiertos de azul y rojo se camuflan con las paredes. Entre la multitud se distinguen “el Tigre” y “el Monito”. La bulla crece cuando uno persigue al otro. Es el Carnaval zoque de San Fernando. Celebración en la que todos cambian de color.
Esta festividad reúne a la comunidad de ascendencia zoque en torno a la ceremonia y ritual celebrado en honor al santo cristiano Jesús de la Buena Esperanza, días previos al Miércoles de Ceniza, y marca el inicio de la Cuaresma.
Las calles de San Fernando se tiñen por el juego de adultos, jóvenes y niños, hombres en su mayoría, en el que arrojarse pintura es la diversión principal. Sin excepción, todos permanecen cubiertos de pies a cabeza, mientras que “el Tigre” es perseguido por “los Chuchos”, quienes tratan de atraparlo; sin embargo, aparece “el Monito”, quien invita a jugar al felino ofreciéndole un pan.
Al compás de la música de tambor aparece el Mahoma, quien cree que con su fuerza puede abusar de todos, este gigante se distingue por su máscara y por la espada que lleva en una mano. Baila y reta a quien se encuentra a su paso.
Durante los días de festejo puede notarse la participación de la gente; casi todo el pueblo se suma a los bailes, las procesiones y los recorridos alegóricos.
Aunque la diversión está en las calles. Los artesanos participación con la elaboración de los tradicionales joyonaqués. Mientras disfrutan de comidas tradicionales, que incluyen hierbas, semillas y raíces de la región.
De acuerdo con la tradición católica, el Carnaval es un buen momento para poner de manifiesto los hábitos de la etnia zoque y ofrecerlo a Jesús de la Buena Esperanza. “Hombres, mujeres y niños dedican varias horas del día a celebrar su cultura, su esencia. El recorrido musical y dancístico de los oficiantes incluye la visita a las casas de los priostes y mayordomos, quienes organizan la fiesta, apoyados por las entusiastas mujeres de la comunidad, quienes se encargar de preparar los alimentos para todos los comensales”.
Todo es alegría en San Fernando. La cotidianidad se irrumpe por una lluvia de colores. Las fachadas de las casas cambian de tonalidades, se vuelven testigos de una peculiar tradición en la que todo se visualiza entre azul y rojo.
Personajes muy conocidos y populares, como: el "Tata" y "Manuel Paniagua", se dan cita para disfrutar esta hermosa tradición.
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